Rayos y Retruécanos

El pasado sábado 14 de marzo se inauguraba, en el Museo de Arte Contemporáneo José María Moreno Galván, la exposición del Colectivo Mula –Murdo Ortiz y Laura Pintado- “Rayos y Retruécanos”. Acompañados por numeroso público, el concejal de cultura, Miguel Ángel Rivero, explicaba a los asistentes que esta exposición “es un proyecto que se remonta a hace un año, cuando fruto de un trabajo fin de master, se concibe Rayos y Retruécanos para exponerlo en este Museo”.

Esta exposición, que se podrá visitar hasta el 3 de mayo en el Museo, aúna diferentes disciplinas, aportando cada artista su visión diferente de las artes aunque “siempre por derroteros encaminados debido al tiempo que llevamos trabajando juntos”, matizó Murdo Ortiz. Desde videos, esculturas, animación, pintura e incluso intervención en muro componen Rayos y Retruécanos, “una muestra muy potente y que creemos que puede tener muchas posibilidades para la didáctica con colegios e institutos”.

Murdo Ortiz y Laura Pintado trazan en esta exposición un recorrido desde sus respectivos microcosmos a un macrocosmos común. Con “Rayos y Retruécanos” han logrado hermanar a razón e imaginación desde el sentimiento, como era el sueño de viejo Kant, pero para dinamitar códigos y coyunturas, para liberar de nuevo a la expresión de formalismos carcomizantes y anestésicos. Asumen así la condición problemática del arte, en el sentido que le diera José María Moreno Galván, cuando sostiene que “un arte verdadero es aquel que está hecho con problemas; un arte falso -esto es, académico- el que está montado sobre soluciones.” Cada artista debe reinventar un lenguaje y echarlo a andar. Ese es su compromiso con los otros lenguajes y su misión con quienes no buscan y, pese a ello, encuentran. El colectivo MULA escudriña, tuerce el gesto, grita, sonríe, muerde, escupe, escapa, libera…, ante todo, libera a la expresión, liberando con ello a lo real. En este Museo, que como todos los museos es un cementerio del arte (Unamuno dixit), sus rayos y retruécanos son traídos a la clausura esteticista, a un espacio que no les pertenece, pero que invaden con osadía y legítimo derecho. El hábitat de MULA está más bien en sus intervenciones artísticas sobre los residuos de la desmemoria y el olvido, sobre esas ruinas de nuestro tiempo que logran revivificar con el aliento del color, el claroscuro y lo primitivo. En Murdo Ortiz, los colores son, como para Derain, “cartuchos de dinamita”. En Laura Pintado, el blanco y negro es, como en Saura, un retorno al contraste elemental. Desde ahí, ambos confluyen en su búsqueda de lo primitivo, de esos signos de la infancia del mundo que son su referente lingüístico. Hacen así de la pintura rito y sacrificio, batalla contra la muerte del arte, viaje hacia el origen de la expresión.

Horario de  visitas:

Viernes de 17:30 -20:30 h

Sábados, domingos y festivos de 11h a 14h y de 17:30 h a 20:30 h

Visitas concertadas: Martes-Viernes: 10-14:00 h. (previa cita)

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